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España España · Córdoba
Voto de laranra:
9
Drama La historia está ambientada en 1907, en Uppsala, Suecia, y se centra en los Ekdahls, la familia del joven Alexander y su hermana Fanny. Los padres se dedican al teatro y son felices, hasta que el padre muere de forma repentina. Al poco tiempo, la madre decide casarse con un líder religioso conservador, una decisión que cambiará sus vidas. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fanny y Alexander es una obra nostálgica y amarga. Toda su ambientación, su discurso y su lento discurrir es pura poesía en movimiento. Sentimientos poderosos sacados a la luz y ocultos en los oscuros recovecos del alma. Es un enfrentamiento del hombre con un Dios injusto. Un enfrentamiento entre la calidez navideña de los tonos rojos del hogar de los Ekdahl y el blanco impávido, severo y gélido del "palacio" episcopal. Un enfrentamiento entre la alegría de la promiscuidad socialmente aceptada y la inversión sexual oculta y esbozada. Bergman sigue sin ofrecer respuestas a sus preguntas pero eso no hace más que aumentar el deleite que proporciona su creación postrera.

Recuerdos cálidos y agrios sobre la muerte, el amor y la disciplina férrea capaz de atormentar y mostrar cómo desaparece la delgada linea entre el amor y el odio.

Alexander ve el fantasma de su padre muerto. Si a Hamlet le reveló el nombre de su asesino, a Alexander no parece ofrecerle solución a sus preguntas, tan solo un pequeño alivio en la oscuridad de una vida que tiene que empezar a vivir con su hermana, su madre y un padrastro que lo ama no con "un amor ciego ni atolondrado", sino con uno "rígido y fuerte". Al final, también se le aparece el fantasma del obispo con su pesada cruz al cuello. "No te librarás de mí tan fácilmente". Está claro, siempre queda la esperanza, aunque no podemos esperar que esta dure mucho. Como mucho, un ratito en medio de la noche, perdidos en el taller de títeres de un prestidigitador mefistofélico. O tal vez alimentando la imaginación con las historias que dibuja en la pared una linterna mágica. O puede que durmiéndonos mientras la abuela nos recita un poema. Un instante para atesorar.
laranra
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