A mediados del siglo XX un chalado se hizó con el poder. Entre otras tonterías vistió a su policía secreta, la Gestapo, con gabardinas largas de color negro. Legión de fanáticos le siguieron, y la prenda se puso de moda.

A finales del siglo XX dos hermanos chalados se hicieron con el poder cinematográfico. Entre otras tonterías vistieron a sus actores con gabardinas largas de color negro. Legión de fanáticos le s¡guieron, y la prenda se puso de moda.

Estos dos sucesos entretenidos lo son, no hay que negarlo. Pero también fueron destructivos. Para el mundo y para el cine. Tanto en una como en otra época quedaba muy guay ser seguidor, y si no lo eras pagabas las consecuencias. Aún las pagamos...

Hala, a tomarse la pastillita.