Whiplash es un largometraje al que nadie le apostaba, pero que al final termino ovacionado de pie por muchos. Es una producción que se gana toda la atención del espectador los 103 minutos que te tiene atado a tu sillón.

Una película que muestra varios valores durante su trama como la tenacidad, la pasión, el respeto, entre otros.

El guion es más que perfecto y ni hablar de la fotografía que permite hacer tan real la historia, la calidez de las escenas y los detalles bien cuidados de cada una de ellas, son simplemente fenomenales. Las tomas de close up y big close up dan ese impacto necesario para seguirla viviendo a cada segundo. La edición es impresionante.

La actuaciones son únicas, pero la representación de J.K. Simmons es digna de aplausos y quitarse el sombrero, pues logra transmitir al público, toda esa adrenalina, sentimientos y demás emociones durante la cinta, es un interpretación que logra acerté vibrar en tu asiento, digna y bien merecida del premio otorgado por la Academia.

Sin duda una de las mejores creaciones de Damien Chazelle que no se puede dejar pasar.