Esto no es una comedia, es una tortura. Conseguí llegar con esfuerzo a mitad de metraje y ahí ya lo tuve que dejar por el bien de mis nervios y de mi salud mental.

Me animé a verla porque el director es mi admirado Howard Hawks y, los actores principales, mis también admirados Katharine Hepburn y Cary Grant. Pero ha sido un bluf total. Se supone que es una comedia pero no tiene ni pizca de gracia. No sé si en su día las salas de cine se venían abajo con las carcajadas de los espectadores, pero dudo mucho que a nadie del tiempo actual le parezca graciosa en modo alguno.

Y ya no es que carezca de comicidad, que sería lo menos malo. ‘Arsénico por compasión’ por ejemplo, no me pareció muy divertida pero se dejaba ver. ‘La fiera de mi niña’ es directamente una película insufrible, desquiciante, tontísima. Sus protagonistas caen antipáticos, él, por rematadamente bobo, ella, por rematadamente estúpida.

Por descontado, la película está muy bien hecha. Tanto la dirección como las actuaciones son muy buenas, al fin y al cabo tenemos a profesionales de primera al frente, con mención especial del pobre leopardo, pero no recomendaría verla a nadie a quien tenga un mínimo de aprecio.
Y es por ello que le pongo un 5.