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España España · Santander
Voto de Maria:
4
Drama. Comedia Año 1962. Tony Lip (Viggo Mortensen) es un rudo italoamericano del Bronx que es contratado como chófer del virtuoso pianista negro Don Shirley (Mahershala Ali). Ambos emprenderán un viaje para una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos, donde Tony deberá tener presente "El libro verde", una guía que indicaba los pocos establecimientos donde se aceptaba a los afroamericanos. Son dos personas que tendrán que hacer frente al ... [+]
12 de marzo de 2019
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Green Book ha sido una autentica decepción. La verdad es que me cuesta creer que ESTO haya ganado el Oscar a mejor película. Me parece insultante para el cine, y eso que técnicamente no está mal realizada.
No es que la película cuente una historia mediocre o que no resulte lo suficientemente brillante, como podría ser el caso de “Shakespeare in Love”. Es que representa todo lo que, para mí, el cine no debería ser.
Green Book es el McDonalds del séptimo arte. No es un restaurante al que vayas y te decepcione porque, “no era para tanto”. Es un restaurante al que vas a que te den sucedáneos de alimentos con mucha grasa y mucho glutamato. Si, sus hamburguesas están ricas para un día de resaca, pero son insanas, engordan y, en definitiva, son comida basura.
Que no se me malinterprete, me gusta McDonalds. No creo que haya nada de malo en disfrutar de la comida rápida. Pero, si alguna vez le dieran un premio gastronómico a un restaurante de este tipo, me resultaría vergonzoso.

Esta película no tiene ni un solo matiz en todo su desarrollo, exuda buenismo por el 100% de sus poros. Los personajes son, nunca mejor dicho, blancos o negros. Ningún protagonista tiene el más mínimo ápice de contradicción en su personalidad. Nunca nadie se sale de su carril.
Un negro viajando por el sur, racista, de EEUU. Que recibe palos a diestro y siniestro, es humillado en cada pueblo al que va y, aun así, no pierde la compostura ni por un segundo. Impasible ante toda injusticia hacia su persona, no siente un atisbo de ira, ni de odio.
Por otro lado, tenemos a un italoamericano de nivel sociocultural bajo. Un gañan que no controla sus impulsos. Un hombre vulgar, violento y racista. Que, de repente, tras ser contratado por un músico negro, cambia su personalidad radicalmente. Se convierte en una persona pacífica y, sobre todo, liberal y tolerante, muy muy tolerante, como la mayoría de los italoamericanos que vivían en el Bronx por esa época.

No hay un solo momento de conflicto en toda la película, todo fluye por su perfecto y calculado cauce. La cinta está dirigida para tontos: “No construyamos personajes complicados, personalidades grises, no vaya a ser que el público se pierda y no comprenda el mensaje”. Diría que el nivel de complejidad es digno de un parvulario.
Pero, aun sin altibajos, cuenta con su microespacio emotivo. Porque si no conseguimos que llores con un buen guion, ponemos música épica a todo volumen y un discurso Paulo Coello: “Un hombre de color pero de clase alta… en un mundo racista. Rechazado por la sociedad y a la vez por sus hermanos. Demasiado loco para la ciudad de los niños… demasiado niño para la ciudad de los locos”.

Tan políticamente correcta como cinematográficamente incorrecta. Un buen panfleto de denuncia social, eso sí. Pero hasta donde yo se, con eso no es suficiente.
Maria
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