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Voto de peleon:
6
6,6
40.039
Bélico. Acción
Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2015
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Al ver esta película me he acordado en muchas escenas de la magistral "Das boot" de Wolfgan Petersen, en la que se retrataba la angustia de una tripulación de submarino alemana en un ambiente claustrofóbico. Algo parecido pasa con "Fury", el nombre del tanque que da título original a la película, que dice mucho más que el insulso "Corazones de acero".
El verdadero protagonista es un magnífico Logan Lerman que a través de su aspecto barbilampiño y ojos azules nos transmite los horrores de la guerra visto la mayoría de las veces por la estrecha mirilla de un tanque. Y es que el tanque Fury parece a ratos un ataúd móvil, al igual que en el Submarino.
Mención aparte merece el papel de Brad Pitt, como sargento curtido en mil batallas desde el norte de África. No es un héroe íntegro al estilo de muchas otras películas bélicas hollywoodenses a las que estamos acostumbrados (a la escena del prisionero alemán me remito, luego compensada por la de la ejecución sumaria del SS "asesino de niños"), y realiza un papel complejo como en la escena, hermosa y densa, de la invitación forzada a comer en el apartamento de las dos alemanas, en la que Brad Pitt busca un paréntesis de normalidad entre tanta locura de destrucción.
El resto de la tripulación del tanque queda estereotipada: el "redneck", el mexicano y el pseudointelectual.
Destaco también la genial ambientación de la película, rodada en exteriores en Inglaterra. Y el barro, presente en toda la película como metáfora de que la guerra es una mierda que impregna todo.
En definitiva: buena película que mantiene la tensión, aunque paradójicamente la escena final del clímax, es la que menos convence. Iba para ocho y se quedó en seis.
El verdadero protagonista es un magnífico Logan Lerman que a través de su aspecto barbilampiño y ojos azules nos transmite los horrores de la guerra visto la mayoría de las veces por la estrecha mirilla de un tanque. Y es que el tanque Fury parece a ratos un ataúd móvil, al igual que en el Submarino.
Mención aparte merece el papel de Brad Pitt, como sargento curtido en mil batallas desde el norte de África. No es un héroe íntegro al estilo de muchas otras películas bélicas hollywoodenses a las que estamos acostumbrados (a la escena del prisionero alemán me remito, luego compensada por la de la ejecución sumaria del SS "asesino de niños"), y realiza un papel complejo como en la escena, hermosa y densa, de la invitación forzada a comer en el apartamento de las dos alemanas, en la que Brad Pitt busca un paréntesis de normalidad entre tanta locura de destrucción.
El resto de la tripulación del tanque queda estereotipada: el "redneck", el mexicano y el pseudointelectual.
Destaco también la genial ambientación de la película, rodada en exteriores en Inglaterra. Y el barro, presente en toda la película como metáfora de que la guerra es una mierda que impregna todo.
En definitiva: buena película que mantiene la tensión, aunque paradójicamente la escena final del clímax, es la que menos convence. Iba para ocho y se quedó en seis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En abril de 1945 hasta los nazis más fanáticos sabían que la guerra estaba perdida. Por eso me parece muy difícil entender la decisión de Brad Pitt de quedarse al frente de su tanque inutilizado cuando les viene de frente un batallón de Waffen SS. Mejor te reagrupas con tus tropas y otros se ocuparán de ello.
En esa escaramuza final, en un momento es de día y al siguiente es de noche cerrada.
Y en la escaramuza en sí vemos a los alemanes convertidos en kamikazes que se inmolan delante de un tanque inutilizado, que en vez de usar su armamento antitanque se ponen a disparar con escopetas de feria y a Brad Pitt solo le puede matar al final un francotirador. Pero lo mejor es la escena en que el soldado SS descubre al bueno de Logan Lerman, y después de haber masacrado a su unidad no solo no le delata sino que le dedica una sonrisa en plan “tío, qué bien lo has hecho”.
En esa escaramuza final, en un momento es de día y al siguiente es de noche cerrada.
Y en la escaramuza en sí vemos a los alemanes convertidos en kamikazes que se inmolan delante de un tanque inutilizado, que en vez de usar su armamento antitanque se ponen a disparar con escopetas de feria y a Brad Pitt solo le puede matar al final un francotirador. Pero lo mejor es la escena en que el soldado SS descubre al bueno de Logan Lerman, y después de haber masacrado a su unidad no solo no le delata sino que le dedica una sonrisa en plan “tío, qué bien lo has hecho”.