Stephen King es el autor más veces llevado al cine en la literatura contemporánea de terror, y, aunque esta adaptación sea de las menos reconocidas, posee en su temática el concepto de la muerte y su perspectiva desde diferentes puntos de vista, con un drama familiar y el misterioso trasfondo que cubre a sus personajes de intriga y suspense.

Su guion recorre los mismos patrones narrativos de su antecedente literario: la forma en que suceden los acontecimientos están bien adaptados y su narración marca bien las pautas con las que se da la inmersión del espectador en el filme. Lo sobrenatural y el horror a lo desconocido son características que destacan en la obra y su resultado e influencia en los personajes centrales- sobre todo en su personaje principal- se maneja progresivamente.

Su pretensión hacia la tragedia conlleva una escalada dura y sin clemencia, con una puesta en escena bastante repetitiva en los espacios, sin embargo, es lo necesario para una película que juega con el concepto de la destrucción de la familia, pudiéndose comparar con obras como "Hereditary" (Ari Aster, 2017).

En esta similitud, "Pet Samatary" (Mary Lambert, 1989) es de corte más fantástica y exagerada, pero es el reflejo primario de la obra que escribió Stephen King: contar el exaltado miedo a la muerte y su concepción desde la imaginación más oscura y fantasmagórica, con el suspense acrecentado e impactante de principio a fin, aunque el final sea un tanto agridulce aún sabiendo que su mensaje es puramente descriptivo y resume gratamente el concepto esencial de la obra.