Así, aunque entretenida si se mira sin demasiados complejos, esta película no nos explica como es posible que, sin previo aviso y sin la más mínima explicación, aparezcan cientos, quizás miles de zombis hambrientos de carne humana, y éstos se vean atraídos repentinamente por un edificio de bloques prácticamente desahuciado, abandonado y deshabitado, ni como es posible que este lugar sea prácticamente un polvorín lleno de armas de todo tipo al alcance de los protagonistas (o París parezca arder hasta sus cimientos a causa de las lejanas explosiones), ni como habiendo descubierto los protagonistas que el único modo eficaz de eliminar a uno de estos engendros no-muertos sea con un certero disparo en la cabeza, sigan obstinados en dispararles en todos los sitios concebidos excepto en la cabeza misma (no es sorprendente que al final se queden sin balas). Y esto es únicamente algunos de los ejemplos incoherentes que aparecen a lo largo del film, como las relaciones mismas entre los personajes, que a ratos son absolutamente ilógicas, así como algunas de sus acciones.

Aún así, y pese a sus defectos, la película tiene sus pequeños aciertos, como las luchas a puñetazo limpio y patadas contra algunos de los zombis, dignas de los macarras más peligrosos que podríamos encontrarnos en la calle, así como cierto ritmo frenético de acción, y algunas fantasmadas que, a pesar de ser absurdas, logran que la película entretenga sin más… Por ello, y por la magnifica caracterización de los muertos vivientes, aunque en muchos otros aspectos la película me haya decepcionado, el film, al final de todo, ha logrado entretenerme y en algunas ocasiones incluso divertirme.