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Voto de Tony Montana:
6
Drama. Romance Michel es un carterista que no roba por necesidad como tampoco lo hace por vicio; no es cleptómano, roba para darse a sí mismo un valor, porque el robo es el medio de expresar sus sentimientos. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2007
40 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truffaut tenía más razón que un santo al afirmar que era absolutamente necesario haber visto una película, al menos, 2 veces para juzgarla de forma oportuna. Y esto es lo que me ha pasado con esta película. La primera vez que la vi, acabé conmovido por la historia de este ladronzuelo impulsado a robar por sus propias creencias y de un planteamiento tan Dostoievskiano. Pero acabo de verla hace exacasamente 15 minutos por segunda vez y me ha dejado un agridulce sabor de boca. Lo que la primera vez me pareció novedoso e interesante, muy renovador, ahora me ha parecido tópico, y pesado en algunos momentos de la película, que tienen un toque bastante pretencioso por momentos.

La premisa básica para ver esta película es conocer el estilo Bresson. La desnudez estética y argumental está aquí más presente que nunca, con un planteamiento aparentemente sencillo y unas imágenes que transmiten realismo por los cuatro costados, con una fotografía muy cuidada, para dotar de un naturalismo notable a la cinta. La historia parte de una base interesantísima, y a la que Woody Allen le debe mucho con su Match Point. La necesidad de crear seres superiores y la eliminación de la mediocridad para que la sociedad avance, y si es necesario, el crimen puede ser considerado una virtud. Pero una película no puede vivir únicamente de ideas, y ese es el gran cáncer de esta película, que se queda sólo en la idea y se olvida del desarrollo de la historia. Unos personajes secundarios desdibujadísimos, con una historia que, al centrarse únicamente en Michel, deja de lado otros aspectos de la historia que le darían más entidad a la trama, que al final acaba flaqueando. Y por momentos, la historia es bastante previsible, siendo el final una de las cosas más chapuceras que he visto en muchísimo tiempo.

Lo mejor, sin duda alguna, las escenas de robo que, aunque puedan pecar de algo inverosímiles, son una auténtica lección de cine, con unos primeros planos totalmente detallistas que te demuestran lo que es el adiestramiento de los ladrones, con cierto recuerdo al Oliver Twist más clásico. La dirección de actores es bastante pobre, con un protagonista bastante frío y poco creíble, y un resto de secundarios que tienen papeles de escasa enjundía dramática, salvando únicamente a Marika Green, que hace de su desdibujado personaje algo con entereza. Además, sólo por ver su cara merece la pena ver la película. Como último detalle, no me queda más que apuntar el mediocre uso que hace de la música, con unas transiciones muy pobres. En fin, un presunto clásico que habrá influído mucho en el cine posterior, pero que está sobrevaloradísimo.
Tony Montana
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