Rara extravagancia con un envoltorio formal correcto pero sumido en una confusión narrativa importante. Una familia que conforma una estirpe no se sabe bien si de vampiros, demonios o qué diantres protagoniza una especie de culebrón donde se tratan de dirimir las intrigas de diferentes miembros del clan para hacerse con su liderazgo.

Espero que el párrafo anterior sea fiel a lo que nos querían contar porque la narración es tan embarullada, tiene un montaje tan confuso, que los que cacen la intención de los guionistas, tres nada menos, se merecen un premio a la perspicacia. Escenas en diferentes marcos temporales, o eso aparenta, en lo que parecen planos alternativos de la existencia -hasta a eso se tiene que agarrar uno para explicar lo que ve- convierten el relato en un batiburrillo tan indigesto como el menú que degustan los comensales en la escena principal.

Vampiros, demonios, "algo más complejo que eso" se llega a escuchar, nada hay que podamos sacar con certeza después del visionado de "Broil", a lo que se añaden unos escasos efectos digitales tirando a discretos. Ciertamente, no queda mucho a lo que agarrarme para recomendar esta película.