Muy discreta producción británica que combina el género bélico, la ciencia ficción y una gotas de terror. Un comando de mercenarios termina su misión en una zona de guerra indeterminada en una especie de cuartel general. Al verse obligados a subir por las escaleras se darán cuenta de que estas no se acaban nunca, y si bajan la cosa se pone terrorífica (o eso pretende).

"Black Ops", o "Stairs", o "The Ascent" según el país de estreno, es una película a la que se le ven las costuras desde muy pronto. Los destellos de los disparos de las armas de fuego y las explosiones parecen más propios de un vídeo juego que de una producción cinematográfica. El bucle temporal propicia que el escenario de guerra, ya de por sí desangelado y poco creíble (se oyen disparos en algunas escenas que no sabemos quien los efectúa ni desde donde), reduzca las localizaciones al mínimo, de lo que se deducen unas carencias presupuestarias importantes. Y la tensión se masca prácticamente...nunca, la función se ve con una indiferencia pasmosa.

El elemento de terror casi roza el ridículo, una presencia que se limita a estar ahí y dejarse ver de vez en cuando sin asustar o inquietar ni un poco. El asunto del bucle temporal mira que puede dar juego, pero aquí no tiene la más mínima mordiente ni se le saca partido. Todo es impersonal y patoso, tan insulso que uno mira más el móvil que lo que sale por pantalla. Que encima me quieran deslizar un mensaje moralizante ya es el acabose. Que no, que no cuela.