Cine social disfrazado de suspense y terror psicológico. Una diseñadora de moda de éxito padece una extraña enfermedad que merma sus facultades. Cuando una asistenta filipina llega para trabajar en su casa verá mejorar su calidad de vida gracias a su medicina tradicional. Lo que ocurre es que no es exactamente medicina sino algo más retorcido.

Vi Nocebo en una lista de película complejas y extrañas, pero para nada la encuadro en una categoría como esa. Se entiende perfectamente y, aunque juega a ocultar la verdadera naturaleza de lo que está ocurriendo para sorprendernos al final, si uno está avispado lo puede adivinar muy pronto, antes incluso de que todo se empiece a torcer. Me recordó en cierta medida a The Machinist (2004), cinta en la que la culpa juega también un papel importante y termina afectando la salud física de su protagonista. El componente fantástico está más marcado en esta ocasión, pero sin aspavientos y siempre al servicio de una sustancia narrativa más elevada.

Se juega a ampliar el foco para abarcar una realidad social de la que muchos somos ignorantes, o mejor, preferimos ignorar. Buen punto este, nunca viene mal recordar que lo bien que vivimos en el primer mundo en parte se debe a lo mal que lo pasan en en otros puntos del globo. Hay un buen duelo protagónico y, si no te hueles la tostada, uno está en vilo hasta casi el final. A mí no me pasó pero no por ello me pareció un tiempo desaprovechado. Quizá hasta la visione de nuevo.