Culebrón hi-tech con final sorpresa que, a estas alturas ya, no lo es tanto. Un ingeniero de robótica se aisla en un complejo tecnológico para desarrollar una IA. Lo que pasa es que lo que está diseñando tiene más que ver con lo que el desea que con lo que le han encargado.

Pensar en "Ex Machina" es inevitable -por el robot femenino-, y un poco también en Blade Runner -por las mega corporaciones. La forma en que conserva a la esposa recuerda a la semivida de la novela de Philip K. Dick "Ubik". Y luego la trama con los robots, que se nota demasiado que son personas con trajes aparatosos, se asemeja a un culebrón familiar en el que el patriarca parece que va cambiando de esposa según va consiguiendo una mejor. Buen diseño de producción pero desarrollo plano y sin apenas puntos de inflexión que hagan que tus ojos se abran más de la cuenta. Y una banda sonora en plan música cósmica planeadora que no cesa en casi ningún pasaje, lo que la hace pelín pesada.

En fin, que es todo tan gélido y aséptico que se empieza a sospechar que va a haber giro final. Y como uno ya tiene mucho cine visto, el que finalmente toca es justamente uno de los contemplados. Así que como sorpresa solo funciona si llevas siendo espectador unos poquitos años. A los veteranos con esa jugarreta no nos la cuelan.