Violentísimo film surcoreano que ha debido gastar la mitad de su presupuesto en sangre. Un barco zarpa de Filipinas con un cargamento de criminales hacia Corea del Sur para que cumplan condena en este país. Al mismo tiempo que organizan un sangriento motín se darán cuenta de que el barco cuenta con un pasajero aún más peligroso que ellos.

La presentación me llegó a recordar a la mítica cinta de acción de los 90 Con Air (1997). Un nutrido grupo de asesinos y psicópatas de toda índole custodiados por un igualmente nutrido grupo de policías. A estos agentes de la ley nos los venden como terriblemente experimentados y eficaces, pero su comportamiento es justo el contrario. Se dejan masacrar como gilipollas y son estúpidamente remisos a apretar el gatillo pese a la carnicería a la que se enfrentan. Luego tenemos bastante confusión debido a que, una vez liada parda, no se distingue bien quien es policía y quien criminal, ya que todos van de paisano. Ni sabemos como se ha urdido el plan de fuga ni cuales son las motivaciones últimas de los delincuentes, habida cuenta de que están en mitad del mar. Y tampoco sabemos por qué esa especie de Deadpool sanguinolento hace ruido al caminar como si se hubiera fabricado los pies en Forjado a Fuego.

Tampoco importa, porque desde la primera oportunidad nos dan muestra de que la protagonista no va a ser otra que la sangre. No se equivoquen: no es una película gore como pueda ser la taiwanesa The Sadness (2021), ya que apenas hay trabajo de maquillaje simulando mutilaciones o destripamientos explícitos. Que algo hay. Pero lo que de verdad hay es sangre, o mejor dicho, SANGRE. Decenas y decenas de litros de sangre que surgen como surtidores con apenas un bofetón. Hay tanta que se acaba cayendo en la pura explotación de la violencia, convirtiendo cada escena en una excusa para inundar la pantalla de rojo. Dado que dejan así de claro cual es elemento preponderante, no podemos esperar un dibujo de personajes muy trabajado. No hay ni profundidad ni empatizamos con ninguno, cuando no por insulso por desagradable. Además, todo el rollo fantacientífico también suena vago y estrafalario, yo no me enteré al final por qué pasa lo que pasa donde pasa. Lo que si vi es la puyita a Japón en otra película surcoreana. Qué ganas les tienen.