Intento de recrear las dinámicas de "Groundhog Day" ("Atrapado En El Tiempo" en España) desde una perspectiva millenial y de buenrrollismo bienpensante. Durante la celebración de una boda se da la circunstancia de que dos de sus asistentes se ven envueltos en un bucle temporal que les hace repetir el mismo día -el de la boda- una y otra vez.

A pesar de que la cinta está trufada de se secuencias y chistes irreverentes la verdad es que estamos ante un producto bastante soseras en su conjunto, y que apenas consigue que esboces alguna sonrisa. Los escenarios y la fotografía son tan impecables, como fotos de Instagram de familia acomodada en su mansión con piscina, que no casan con la pretendida insolencia de sus diálogos a veces, y su impostada profundidad en otros momentos. En Groundhog Day, Bill Murray se aprendía los hábitos y maneras de Andie McDowell; aquí Cristin Milioti aprende mecánica cuántica. No, no funciona igual ni de guasa.

Se trata de una historia romántica con un trasfondo fantástico en el que se juega a especular como una pareja mantiene el tipo ante el la posibilidad de elegir entre el orden y el caos. A saber: la seguridad de saber que se tienen el uno al otro al margen de lo que ocurra en el mundo o la incertidumbre del qué pasará mañana si se deciden por la vida convencional. A veces uno piensa que el ideal de una relación es mejor que la propia relación. ¿Recuerdan Amelie? Es simpática, no lo voy a negar, y se deja ver con soltura, pero me da que se está exagerando en sus valoraciones, a mí no me ha tocado esa tecla. Si pudiera le daba un 5,5, pero está más cerca del 6 que del 5 pelado.