Me temía lo peor con esta especie de Alien bajo el agua, y sin ser un absoluto y completo desastre, tampoco podemos decir que salga muy a flote. En la fosa de las Marianas han construido una mega infraestructura submarina para perforar el lecho marino y... para qué seguir, con esa premisa antes o después algo tiene que salir mal.

Hay que decir que el comienzo es fulgurante. Uno no ha terminado de acomodarse en el sillón y la acción ya se precipita desde la pantalla. Una acertada manera de captar la atención, con unos pasajes claustrofóbicos muy bien llevados y un diseño de producción bastante conseguido, aunque ya muy familiar. Bien, lo diré: Alien + Abyss. Ahí queda. Luego se adentran en el agua y la cosa decae. Ya se que están a kilómetros de profundidad, y que ver no debe verse mucho. Pero es cine, no es correcto tener al espectador a oscuras de esa forma. ¿Por qué demonios las linternas que usan en las películas siempre alumbran tan poco?

Sobre la premisa, imaginen, están a entre diez y once kilómetros de profundidad. Hasta en el espacio es posible construir una estación permanente, pero a esa profundidad, con esa presión... Pura fantasía. A partir de ahí pueden ofrecer cualquier cosa. Eso sí, los atuendos de buzo molan, a caballo entre traje espacial y armadura futurista. Lo único a destacar junto con el hipervitaminado arranque. Luego la trama se arrastra entre tópicos y tampoco deslumbra en lo visual. El final se acerca bastante a lo que cualquiera podía esperar y deja claro que Kristen Stewart se queda lejos de ser una nueva Ripley.