A ratos ingeniosa, a ratos insufrible comedia de humor grueso a modo de falso documental que parodia el mundo de la canción comercial actual, haciendo hincapié en las boybands y los raperos estrella que van de malotes. El líder de una de estas boybands decide emprender carrera en solitario, y su ascenso al estrellato es tan fulgurante como su caída en desgracia.

Hay que estar muy predispuesto para disfrutar este tipo de humor. Tiene indudables aciertos, como los números musicales con esas letras tan salvajes, hilarantes y disparatadas, así como el retrato de las redes sociales y la estupidez que las envuelve cuando de estas estrellas inanes se trata. Pero todo va a velocidad de rap, y es a veces agotador seguir el ritmo, terminas hastiado y sobre estimulado. Y eso no es una sensación positiva. Aunque la sátira del mundillo de la música basura y las excentricidades de las estrellas es poderosa, y el chiste sobre como se habla en España (o de como creen los yankis que hablamos), me pareció divertido. Pero lo de Seal y los lobos me dejó desconcertado; se que había algún chiste por algún lado pero no logré cazarlo.

No juega a su favor que está demasiado orientada al público usamericano. Hay personajes que nunca sabré si son ficticios o reales, o si son una parodia de alguien real de la farándula local. En fin, cuando recuerdo sus momentos buenos la verdad es que me río, pero no se si merecen tanto la pena como para volver a visionar todo el conjunto.