Haz click aquí para copiar la URL
Voto de The Wild Side:
7
Drama A Earl Stone (Eastwood), un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente facil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convirte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates (Cooper).
10 de febrero de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un tratado de medicina geriátrica (Abizanda P, 2015) se me hizo muy interesante el apartado de ‘sexualidad en el anciano’. Conforma casi un tabú o algo inverosímil concebir esta idea más allá de los 65 años, en promedio. El fervor de la sexualidad se asocia casi de manera inherente a la jovialidad o la adultez. Sin embargo, el término comprende algo aún más profundo rebasando la edad mencionada. Rodeado de intimidad, emociones y estímulos, la sexualidad pasa como una categoría a mejorar en la calidad de vida. Si bien es cierto que el adulto mayor se enfrenta a problemas como disfunción eréctil, reducción de la libido, fatigabilidad o, incluso, viudez, el contribuir en la autoestima, la autopercepción, la relación con la pareja y evaluar el impacto de este ámbito podría mejorar considerablemente la esfera personal del adulto mayor. En una escena en The mule (2018) podemos ver al personaje de Clint Eastwood disfrutando de la convivencia de dos hermosas mujeres en una habitación de un motel. Corte y a la mañana siguiente el par de chicas salen de la habitación. La escena, con claras tendencias eróticas, encierra un mundo de posibilidades alrededor de la intimidad sin la necesidad evidente del coito. Escena aparte, el mismo personaje comparte la cama con su expareja, en un reencuentro final evocando a la misma intimidad con tintes de amor y la sensación de ser. Estos dos ejemplos como parte de la complejidad de la introducción anterior.

En el más reciente largometraje del ancestral director Clint Eastwood, The mule (2018), al lado del guionista Nick Schenk (basado en una historia real), cuenta el declive de Earl Stone (Clint Eastwood) como horticultor y patriarca de la familia tras caer en bancarrota por la imperante globalización. Preocupado por la situación económica, pero sobre todo por la familiar (aunque sin perder los estribos propios de un adulto de 80 y tantos años), aceptará un trabajo relativamente fácil: conducir por las carreteras que el ya ha conocido en sus años como horticultor, sin saber que la carga que lleva es cocaína y ahora es una ‘mula’ para un cartel mexicano, seguido de cerca por la DEA (Bradley Cooper y Michael Peña).

Se torna difícil lidiar con tanto cliché mencionado: el atisbo de las relaciones familiares solucionadas con tanta facilidad, el estereotipo mexicano y el estereotipo del americano racista contra el estereotipo mexicano nuevamente, así como la torpeza y habilidad de la figura policiaca; pero resulta sobre todo ensombrecedor la condescendencia con la que se maneja al adulto mayor, incluso menosprecio o torpeza que se trata de solucionar con simpatía y ternura.

Tal vez podría ser rescatable la crítica subversiva de lo antes mencionado ante el racismo perenne en la sociedad norteamericana, rescatando una escena en la que es detenido un típico mexicano por la DEA temiendo lo peor, siendo capaz de transmitir la misma sensación que el acorralado ciudadano. Además, la maestría de Eastwood es evidente, como director y en su despedida como actor.

La verdadera esencia de la vejez también la puedan encontrar en películas como Lucky (2017), pero deben aprovechar la vitalidad de Clint Eastwood esta vez (y hasta a Robert Redford en su última actuación en The old man & the gun, 2018).
The Wild Side
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow