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Voto de Felipe Critic:
10
Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
6 de mayo de 2018
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo secuelas. Acabo de presenciar uno de los largometrajes, narrativamente hablando, más intensos que, sorpresivamente, no requiere de paisajes parisinos o fotografías delicadas para ser, sin esfuerzo, la más acida propuesta fílmica en muchísimo tiempo, una que incorpora un drama tan potente y un humor negro tan caustico que te posiciona como voyerista del dolor ajeno, una actividad truculentamente placentera.

Sin hesitación, las mayores fortalezas de este magnífico trabajo están en su guion. La trama nos emplaza directamente en el meollo del asunto: tres poligonales y anticuadas vallas publicitarias que servirán como instrumento depurativo para los personajes y la audiencia. Un argumento escuetamente picante como este debe ser reputado como todo un logro narrativo, pues a raíz de un trágico acontecimiento, una madre ahogada en la pena y su voraz deseo de justicia serán los mecanismos perfectos para ejecutar maniobras finamente encadenadas, priorizando un realismo argumental que mantendrán el interés a flor de piel. Continúo seriamente turbado por este fascinante, dinámico y vigorizante guion; bastante tiempo ha trascurrido sin que a la superficie llegue un guion, de naturaleza americana, con un nivel de humanidad y complejidad moral tan sobresaliente como lo es la soberbia obra de Martin McDonagh, quien además de dirigir, se acredita como absoluto responsable de esta purga emocional. La película habla de cuestiones jugosas desde perspectivas conocidas pero presentadas de maneras inusitadas: la injusticia, la corrupción policial, el duelo provocado por la muerte, la sepultación del pasado, las consecuencias de las acciones, el peso de la conciencia, el poder de los medios, la ignorancia, el egocentrismo y el perdón se condensan en una crítica incisiva de hora y cincuenta y cinco minutos que, aun cuando ventila un sinfín de mensajes y tristes realidades, se ve magistralmente potenciada y justificada por ensamblajes coherentes y funcionales que permiten, irónicamente, hallar la verdad a través de la ficción, una que parece estar malformada y satirizada, sin percatarnos que esa “irregular y graciosa sátira” es nuestro planeta tierra, se llama humanidad, y tú y yo mi querido amigo, tenemos una posición importante en el tablero de juego. Para aquel que ya haya visto el filme, tendrá claro que las tres grandes estrellas desfilan por pantalla con un tiempo casi que milimétrico, ganándose al público avanzados los primeros minutos. Por respeto y honor, se debe iniciar con la matrona y ya glorificada Mildred. El rol protagónico de la maravillosa Frances McDormand, el cual seguramente la arrojara de cabeza al foco mediático global, expele fuerza, aun cuando su corazón este quebrado en cientos de piezas. Esa imperfección, remordimiento y sentimiento buscando reivindicación de maneras tan humanas que anuncia el establecimiento de una Ellen Ripley para el género dramático independiente, su naturaleza guerrera, apoyada en la pena de una madre, suscita un feeling sensacional del cual la película bebe en constantes ocasiones para conseguir un cadencia narrativa inmejorable.

Aplauso masivo acarrean determinados set-pieces que elevan aún más el brioso avance narrativo. El filme es fértil en secuencias que transmiten por medio de las imágenes, y aunque es casi que imposible no recurrir a spoilers, se puede liberar que tales puntos álgidos se distribuyen proporcionalmente entre las escenas en donde intervienen personajes secundarios y principales—por supuesto, las de estos últimos terriblemente disfrutables —, dicho de otro modo, entre secuencias que no se focalizan solamente sobre el personaje protagonista, aun cuando, indirectamente, toda la acción recae sobre ella. Una madre, dos policías locales, flamas, explosiones, relaciones amorosas, tres vallas de fondo escarlata y tipografía seria, un dentista petulante y un homicida a sueldo son los ingredientes empleados para la construcción de un filme que se basa como ninguno en mucho tiempo en su poderoso y articulado guion.

Sonoramente es brutal. Carter Burwell reaparece con manos llenas mediante melodías que se acoplan acertadamente con los momentos más vesánicos del filme, sus composiciones para este relato expresan, en muchas ocasiones, más que las imágenes, pues a partir de magistrales y armónicos sonidos transmite la pena, la tribulación, la indocilidad y la locura que acompaña a los personajes, al tiempo que potencializa sus oportunidades para optar por el codiciado hombrecito de oro. De cerca se debe vigilar a este neoyorquino, pues insinúa ser el próximo monstruo productor de excelentes bandas sonoras en filmes de profundidad gracias a su innegable talento.

“Three Billboards Outside Ebbing, Missouri” escrita y dirigida a un tiempo por Martin McDonagh hará historia dentro de mi compendio de criticas al ser el primer largometraje en que no evaluó la parte técnica o visualmente artística, aspectos claramente ejecutados de forma hermosa, cruda y real, sin embargo, no lo he considerado fundamental pues esta película es netamente historia y personajes. Era escéptico de que una verdadera obra audiovisual debe componerse de arte visual, narrativo y en conjunto creativo, no obstante, esta obra me ha demostrado que puede concebirse arte poniendo componentes en mayor grado de importancia que otros. Una catarsis feroz liderada por actuaciones de primer nivel y una dirección glorificada, este filme es el drama más humano, conmovedor, impactante y coherente que he visto un mucho tiempo, un logro mayúsculo para la narración cinematográfica que pone en manifiesto el potencial surgimiento de un factible maestro de la escritura, mientras por el camino sirve de asidero para unir el amplio talento de un grupo de personas que hacen el cine para lo que es.
Felipe Critic
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