A mí siempre me pareció que muchos de los intérpretes de las películas españolas hasta los 80 pecaban de exceso de teatralidad (defecto de naturalismo), estropeando historias que merecían mejor destino. "Héctor" es un buen ejemplo del partido que se le puede sacar a un sencillo relato, cuando los personajes funcionan como seres de este mundo si, por supuesto los actores son disciplinados, si la historia es interesante... y si la dirección sabe cómo hacerlo bien. Adriana Ozores, como es normal en élla, espléndida, y los demás coprotagonistas cumpliendo muy dignamente. Acaso un exceso de severidad y madurez el que muestra el propio Héctor, que solo es un muchacho de 14 o 15 años, pero quizás justificado por los amargos tragos de una infeliz infancia, y por los remordimientos que siempre provocan a los más próximos el suicidio de una madre. Final tierno, bien elaborado, donde se disipan algunos fantasmas del pasado. Sencillamente buena.