El final no me gustó. La brusquedad de la transformación del personaje no me termina de cuadrar, y si bien me gustan los finales abiertos, en este caso me pareció más una salida del guionista por no saber como terminarla, que un recurso que busque generar esa duda interesante que abre debates entre los televidentes respecto a lo sucedido.
La incoherencia en los hechos que suceden desde los últimos 10 minutos del capítulo 5 en todo el capítulo 6, tiran por la borda el correcto trabajo logrado a nivel argumental en los capítulos anteriores, y no hace justicia a su interesante premisa.

No pueden pretender que el espectador se crea que el protagonista que defiende su moral y se enfrenta al poder en pos de hacer lo correcto, de un momento a otro le vuele los sesos a un desconocido para poner fin a sus problemas con los favoritos. Y dicho sea de paso, ¿en cuál de las cartas los favoritos le indicaron que si no pagaba pero mataba a alguien se terminaban las extorsiones? Pero lo peor no es esto, sino que esto hace que la moral del protagonista cambie, y decide ser un favorito de Midas más. Hasta 24 horas antes, estaba deprimido por la muerte de inocentes, pero de pronto está dispuesto a formar parte de ese grupo que mata a gente (a niños!!) con tal de conseguir un fin que no se explica.