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Voto de chobrein:
7
Acción Un grupo de mercenarios es contratado para infiltrarse en un país sudamericano y derrocar a su despiadado y corrupto dictador. Una vez allí, se verán atrapados en una telaraña de engaño y traición. Una vez fracasada la misión, tendrán que enfrentarse a un reto aún más difícil; salvar la unidad del grupo y la amistad que los ha unido durante largos años. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2010
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con qué facilidad se le da una buena nota a una película de Bresson, de Bergman o de Ford. Pero cuántos prejuicios aparecen para darle una nota positiva a una película como The Expendables, o si se le da, repentinamente, aparece la catarata de justificaciones como "ya sé que el guión podía estar mejor", "ya sólo por juntar a tantos titanes del cine acción merece la pena"... Lo peor son comentarios del estilo "a ver, Los mercenarios está bien, pero eso no es buen cine, el buen cine es otro cine, Ford, Wyler, Hawks, oh, grandes, grandes".

Después de un trailer horrible este filme ha superado mis malas expectativas. Todo el mundo cita una y otra vez el carácter crepuscular de esta cinta por reunir a muchos viejos iconos del cine acción de los ochenta (además de los pegotes de Statham, Li y algún que otro mercenario secundario), pero para mí eso es sólo el punto de partida. A partir de ahí Stallone nos entrega un tratado sobre el cine de acción propio de los años ochenta, nostálgico e hiperviolento, por lo tanto, una obra audaz en una época en la que Hollywood está mortalmente amordazado por la corrección política.

The Expendables es la pieza angular que el género necesitaba para demostrar que una forma concreta de concebir el cine de acción no vive sólo de la nostalgia, sino que a partir de ella el género puede prolongarse y perpetuarse en el futuro con plena coherencia. Elementos como la virilidad desenfrenada, los tipos duros (durísimos) o la acción hiperviolenta son puntos desde los que se puede atacar la cinta, pero no olvidemos que las películas más icónicas del género están construidas con esos mismos elementos. Evidentemente hay alguna concesión a las audiencias del nuevo milenio como un montaje demasiado atropellado en ciertas secuencias de acción, pero no son más que pequeñas flaquezas que obviaremos.

Stallone no se limita solamente a perpetrar un actioner pseudo-ochentero en pleno 2010, sino que va más allá. Sus habilidades estéticas demostradas en Rocky Balboa y John Rambo tienen una prolongación, en este caso, psicológica. La cámara cobra vida y status y se zambulle en los rostros de estos viejos leones. A través de primerísimos planos nos impregnamos con la presencia de estos hombres, dejados de lado por el sistema y que, como es habitual, sólo pueden recurrir a la violencia. Esto sería algo tópico si estos rostros gigantescos no nos mostrasen sus heridas y su dolor, es entonces cuando sobreviene una pequeña catarsis estética y moral para el espectador. Convertir a Jet Li es un sucedáneo de Kitano pensativo es algo muy meritorio.

Por último, un detalle de la escena del bombardeo sobre el muelle. Me refiero a la camiseta de Statham mecida violentamente por el viento. Ese pequeño detalle, esa camiseta, demuestra una fisicidad que, en plena era post-Avatar, hace que nos reencontremos con el cinematógrafo como un elemento anclado ontológicamente en la realidad.

Stallone, eres muy buen chico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
chobrein
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