Lo dicho, una más, que ni añade ni quita nada. No es una película pésima: se deja ver, buenas interpretaciones sobre todo de los dos chavales, pero no dejan de ser dos amigos interpretándose a sí mismos; drama, callejeo, pobres chavales marginales abocados a la delincuencia. En fin, que este mundo puede ser triste es algo que cualquiera sabe; no necesitamos películas que vengan a entristecerlo más. Parece que el cine español se ha autoimpuesto mostrarnos cierta realidad, la de la marginación y los barrios obreros y las vidas truncadas (¿para cuándo una película donde se nos muestren las tragedias de los ricos?, que seguro que las hay); es una lástima que cada película no sea más que un eslabón de una larga cadena. Sin ese final tan... pf, tan previsible, absurdo, pretendiendo un golpe de efecto para gritarle al espectador, "mira, ésta es una película que pretende algo", podría pasar como un acercamiento a ese mundo. Ese final, sin embargo, eleva las pretensiones de la película, pero no su nivel, y es ahí donde la rebaja. Lástima. Pero entendámonos: otro final, uno más normal, sólo le habría merecido un aprobado, no la calificación de gran película.