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España España · Barcelona
Voto de pantallazo:
4
Serie de TV. Drama Serie de TV (2019). 1 temporada. 10 episodios. Un adolescente sin hogar es reclutado por una organización e internado en un colegio de élite en el que estudian los hijos de las familias más importantes y adineradas dentro del mundo del crimen. Mantener su propio código moral mientras aprende a sobrevivir en un ambiente hostil se convierte en su primer objetivo, como también luchar contra las incertidumbres propias de un muchacho de su ... [+]
18 de junio de 2021
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magos, vampiros, mutantes, héroes, dioses y hasta bailarines con ínfulas de divos, existe un centro escolar elitista para todos y cada uno de los colectivos. Los malhechores no podían ser menos y el lugar donde las principales familias de criminales envían a sus vástagos para que aprendan el oficio se hace llamar King’s Dominion. Una escuela muy pintoresca, resultado de una noche de amor y locura entre ‘Élite’ (2018) y Hogwarts, en la que los descendientes de Vito Corleone, el Joker y Jordi Pujol podrían haber formado la banda del patio.

Entre clase y clase estos aprendices de delincuente se dedican a zurrarse los unos a los otros, hurtar bienes ajenos, consumir estupefacientes y tener relaciones sexuales en estado de embriaguez. Y como actividad extraescolar, chamuscar vagabundos en contenedores de basura. Nada demasiado alejado de cualquier instituto convencional. No pongo en duda que las viñetas de ‘Deadly Class’ luzcan espléndidas sobre el papel pero en lo que se refiere al RGB no pasa de ser una mamarrachada.

‘Clase letal’ es un saqueo continuado de referentes y homenajes fingidos que suena a lista de ‘éxitos de los 80’ de Spotify. A continuación, parte de su historial delictivo: se abre con el atraco a ‘Chicas Malas’ (2004) en su presentación de las diferentes tribus que configuran el alumnado. Aquello que la ya mítica película conseguía elevar a estudio sociológico aquí apenas logra ser anecdótico. Para ser honestos, a Regina George (Rachel McAdams) no le hacía falta un arma blanca para intimidar a su paso, solo precisaba ser ella misma. Prosigue un intento de homenajear a ‘Carrie’ (1976) que termina en agravio. La historia descarrila ya en su ecuador después de un episodio de excesos animados y abuso de efectos puestos al servicio de la nada que disloca al espectador pegándole un viaje que ni el clip más chiflado de Tame Impala. Y después de haberse apropiado del flashback de O-Ren Ishii (‘Kill Bill’ 2003) para contar el pasado traumático de todos los personajes (quizás lo más memorable de todo este disparate), remata la función inaugurando el duelo final femenino con otro atropello a Tarantino (Ironside sound) a fin de consumar el "tributo".

Sin duda alguna, el expolio artístico no ha sido el mayor de sus pecados. Insinuar que escuchar a Julio Iglesias significa no tener buen gusto musical no tiene perdón de Dios (y lo sabes). Queda visto para sentencia.

Pero no todo es denunciable, María es la salvación. El personaje de la antiheroína latina, encarnación de la muerte mexicana, provista de sus abanicos cortantes y peinetas afiladas es merecedora de una serie a parte que despliegue todo su potencial.
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