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España España · Madrid
Voto de Nadine:
8
Drama Biografía de la filósofa judío-alemana Hannah Arendt, discípula de Heidegger, que trabajó como periodista en el juicio a Adolf Eichmann, el nazi que organizó el genocidio del pueblo judío durante la II Guerra Mundial, conocida por "la solución final". (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2013
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Observo a Barbara Sukowa bajar por las escaleras de un aula enorme de una universidad americana dirigiéndose a su mesa para explicar a un auditorio expectante sus pensamientos filosóficos en torno al bien y al mal. Llaman mi atención sus pisadas reivindicando actitudinalmente el derecho al pensamiento libre e individual.
Margarethe von Trotta se muestra una vez más potente en su guion y en el personaje-mujer al que rinde culto.
Desde el comienzo está claro, una mujer, Hannah Arendt, filósofa por encima de toda duda, pensadora, ensayista, política, suficiente pretexto para dedicarle dos horas de metraje.
El tema-conflicto que motiva la película, el juicio de Eichmann en Jerusalén, no es una aventura, estamos ante una reflexión en torno a Hannah Arendt, la directora desea dejar a la filósofa en el lugar que merecen sus reflexiones en la historia. Con esto ya es suficiente para su visionado.
La película en la trayectoria de Margarethe von Trotta ocupa un lugar muy importante, vemos claramente la madurez de sus guiones y la importancia de sus actores. Quedan en nuestras memorias sus primeros filmes de los años 80, “Las hermanas alemanas”, “Locura de mujer”…
La película se pasea en varias ocasiones por el pasado de su protagonista, no hay equivoco posible a la hora de seguir con coherencia el relato de los hechos, posee un montaje ordenado y riguroso. La claridad en sus diálogos es transparente, haciendo que el espectador este atento sin exigir esfuerzos innecesarios y contribuyendo al crecimiento del interés por la protagonista.
La mirada pensante, reflexiva, inquietante de Barbara Sukowa contribuye definitivamente para convencernos del personaje que integra a su cuerpo y a sus maneras.
Los planos en los que se encuentra tumbada con su permanente cigarrillo encendido entre los dedos, estás muy reflexionados y pensados, la directora contribuye de manera personal con su realización a engrandecer a Hannah Arendt y a mostrárnosla titánica y fuerte.
Me gusta Margarethe von Trotta, me gustan su cine, su persona, su personalidad y las mujeres con las que lucha a través de sus películas para contribuir a la igualdad entre los sexos y a que las cosas puedan ser posibles…por eso le di la mano…y tuve ocasión de decírselo…claro con traductora de por medio…
Nadine
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