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Voto de miguel:
7
6,0
7.020
Fantástico. Drama
¿Qué ha empujado a Jeliza-Rose a trasladarse desde Los Angeles a una granja tejana? ¿Por qué su padre, ex guitarrista de rockabilly, ya no le habla? ¿Y quién hace todo ese ruido en el ático? Jeliza-Rose huye de su cruel infancia, dejándose arrastrar por su viva imaginación, para configurar así un mundo ficticio en el que las luciérnagas tienen nombre, los hombres de barro despiertan al atardecer, tiburones monstruosos nadan por las vías ... [+]
26 de noviembre de 2005
26 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las grandes películas del año, esta inmensa Tideland de Terry Gilliam. Decir que este director no me gustaba mucho, de hecho me parecía en exceso histriónico y freak, además de su lamentable regreso con los hermanos Grimm. Pero olvidaos de todo eso, por que Tideland es una OBRA MAESTRA. Tras un inicio poco prometedor de la que parecía ser otra película a lo Gilliam (drogas y desfases), la cosa se asienta y asistimos a una tremenda fábula donde una pequeña niña acaba descubriendo que todos los sueños son en realidad pesadillas. Gilliam reniega de cualquier pauta comercial y regala una película sin esqueleto argumental fijo, que oscila de un lado a otro sin mucho sentido, justificando ese universo desquiciado que muestra. Mundo este que pretende ser bello (como los sueños) visto a lo lejos, pero según uno se acerca descubre que es feo y podrido (la casa vista desde lejos es magnífica, según nos acercamos se van viendo el polvo y los clavos sueltos). Tristes sueños, tristes personajes.
Y no es dificil ver tras esta fábula una tremenda crítica al Hollywood actual, intentando resucitar, mantener vivo al estilo clásico de la misma forma que Jeliza-Rose (tremenda Jodelle Ferland) maquilla a su padre para que parezca vivo. Y es que es Hollywood la que pretende que nos creamos que el cine es un lugar para soñar, para disfrutar con fantasías animadas mientras fuera no existe nada de eso. Tideland va de frente contra los efectos narcóticos del cine (de hecho las drogas siempre han sido recurrentes en la filmografía de su director). Su universo hipertrofiado, desmedido, convierte todas estas películas fantásticas que ahora nos asolan en auténticas pesadillas del mal gusto.
Y no es dificil ver tras esta fábula una tremenda crítica al Hollywood actual, intentando resucitar, mantener vivo al estilo clásico de la misma forma que Jeliza-Rose (tremenda Jodelle Ferland) maquilla a su padre para que parezca vivo. Y es que es Hollywood la que pretende que nos creamos que el cine es un lugar para soñar, para disfrutar con fantasías animadas mientras fuera no existe nada de eso. Tideland va de frente contra los efectos narcóticos del cine (de hecho las drogas siempre han sido recurrentes en la filmografía de su director). Su universo hipertrofiado, desmedido, convierte todas estas películas fantásticas que ahora nos asolan en auténticas pesadillas del mal gusto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por eso, tanto Hollywood en cine, como los gobiernos occidentales hoy en día son como los sueños de Jeliza-Rose. Prometen esperanza y paz, tirando de una cuerda que acabará por tensarse y no dar para más. Entonces el despertar será más brusco. De hecho ya lo ha sido, con el 11 de septiembre y los atentados de Madrid y Londres. De hecho, las imágenes finales de esta obra maestra de Gilliam nos recuérdan a las angustiosas escenas que se vivieron aquel 11 de marzo. Lo peor es que creímos haber solucionado el problema echando a unos tipejos y metiendo a otros. Al fin y al cabo, todos tenemos dentro una Jeliza-Rose.