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Voto de lisufelligus:
9
Drama Ante la proximidad de la muerte de una de ellas, tres hermanas se reúnen en la vieja mansión familiar. Una vez en la casa, comienzan a recordar el pasado, y cuando la enferma entra en la agonía desvela la parte más oscura y tortuosa de su vida. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2012
36 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los años setenta Bergman profundiza en la exploración de los sentimientos y las limitaciones del ser humano que había comenzado en los sesenta, con films como "Persona", y rueda esta película centrada en el reencuentro de tres hermanas que habían estado muy unidas en la infancia y que vuelven a convivir ante la inminencia de la muerte, tras una larga enfermedad, de una de ellas, Agnes (Harriet Andersson).
Agnes ha llevado una vida sencilla y sigue soltera, viviendo en la casa de sus padres tras la muerte de éstos. Se interesa por el arte y la religión, y escribe un diario en el que plasma sus reflexiones sobre todo lo que está pasando y sobre todo lo que siente en estos momentos críticos. Además, cuenta con los cuidados de su sirvienta, Anna (Kari Sylwan), una mujer con un carácter dependiente que, tras sufrir la muerte de su hija, vuelca sus esperanzas en Dios y que desarrolla un estrecho vínculo afectivo con su señora, Agnes.
La atmósfera asfixiante del film la completan las otras dos hermanas, Karin (Ingrid Thulin) y Maria (Liv Ullmann). Mientras que Karin sufre por encontrarse atrapada en un matrimonio que ella misma desprecia y en sus propias limitaciones afectivas, que hacen que rechace por sistema cualquier contacto físico con otras personas, incluido su marido, Maria es una mujer superficial y caprichosa que no tiene inconveniente en traspasar los límites morales para encontrar un poco de estímulo en su existencia, que ella considera frustrante, sin preocuparse por los sentimientos de quienes la rodean, jugando con ellos con total inconsciencia.
La esperada muerte de Agnes es un suceso más en la narración, lo que nos lleva a pensar que la muerte no es sino una fase más de la vida; y lo más escalofriante del metraje va sucediendo con toda naturalidad en forma de recuerdos, sueños y reencuentros y es que, como alguien dijo, la vida cotidiana contiene las más grandes pasiones y frustraciones que el ser humano puede albergar. Tal vez sea por eso por lo que las obras maestras del cine muy pocas veces precisan de grandes escenarios o efectos especiales.
Film imprescindible para los amantes del cine de Bergman o para los que desean entender su complicada filmografía.
lisufelligus
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