Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Voto de El Destro:
7
Fantástico. Aventuras Cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos. En las mazmorras del castillo de la hechicera y malvada reina Bavmorda, una prisionera da a luz a una niña que, según una antigua profecía, pondrá fin al reinado de la hechicera. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda, pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un ... [+]
1 de noviembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminaba una década muy fructuosa en la cultura de ocio, y, más concretamente, en el arte de hacer pelis... y a medida que el "8" iba dando paso al "9", iba muriendo (justamente y con honores) un estilo de filmación comercial hollywoodense súper personal y receloso, cuya alabanza por parte del público dejó buenos beneficios económicos, que serían la base para construir mucho de lo que hoy es esta industria, en su concepción más comercial.

Y el bien llamado "estilo ochentero" tuvo arte y efectividad hasta para morirse; a diferencia del erróneo comportamiento de mucho del entretenimiento audiovisual contemporáneo, que decide alargar la vida de sus estilos y tramas tanto como dure su rentabilidad, pasando por encima de su valor cultural y creativo; este fenomenal <modus operandi> cinematográfico entendió y acepto el carácter natural de su inevitable decadencia, y fue dosificando su desaparición progresivamente, incluso desde poco pasada la mitad de la década. Casi como si los autores hubieran vaticinado su necesaria conclusión, para cuando llegaron los últimos 2 o 3 años del referido decenio ya solo quedaban leves rescoldos de este estilo de filmación, que perfumaban discretamente los nuevos productos con su grata y reconocida esencia, haciéndonos ver que el estilo consiguió evolucionar, más que desaparecer.

"Willow", a mi humilde entender, fue uno de esos productos claramente <ochenteros> que ya hablaban con soltura el idioma de la nueva década. El alabado estilo clásico nos dejó referencias del género épico/fantástico, dominadas casi siempre por un carácter de homenaje o culto a lo mitológico, y normalmente dirigidas a un público más adulto, con marcado tono sobrio y reiteradas muestras de sexo y violencia explícitas (fue el caso de "Conan el Bárbaro" o "Excalibur"). La hoy conocida influencia <tolkeniana> a penas fue explotada en los ochenta, por un tipo de fantasía épica que no gustaba de andarse con delirios creativos demasiado arriesgados; porque, como ya digo, la entrada edad dotaba de cierta exigencia clásica a sus consumidores más habituales: los duendes y elfos eran cosa de críos, y como tal, solamente ciertas referencias de marcado tono infantil se atrevieron a trabajar (muy discretamente, sin embargo) con algún elemento más típico del gazpacho <tolkeniano>, y esta otra cara del género se acercaba más a la estética electro-rockera y <steampunk>, que gustaban de consumir los peques de la casa (fue el caso de "Cristal oscuro" o "Dentro del laberinto").

Sobre este contexto, "Willow" se presentó casi como una apuesta pionera, que explotaba sin tapujos este <mestizaje mitológico>, en un tono más cercano a lo que hoy llamamos <blockbuster> o cine familiar: ni corrompía con tetas a los peques, ni aburría con marionetas a los mayores.
Es por esto que, sin ser la cinta ninguna maravilla extraordinaria, ciertas generaciones que aún la recuerdan como <la primera>, hablan de "Willow" como el antecesor directo a la saga del Anillo del señor Jackson, incluso como considerable alternativa a la misma; con el lógico cabreo de otras más jóvenes que, obviamente, no podían entenderlo.

Pero, dejando a parte subjetivas opiniones generacionales, la realidad es que "Willow", a día de hoy, si bien no en un impacto visual del que carecía por los medios de la época, sí es un producto sumamente competitivo con el resto del género actualmente, al nivel de la narrativa, la creatividad y el entretenimiento. Y lo consigue, precisamente, porque esta peli no alardea de ese regustillo grandilocuente que se pegan a sí mismas casi todas las pelis del género, y que vuelve pretenciosas muchas de sus historias. Lejos de ello, "Willow" resulta refrescantemente cómoda en sus dominios, cuenta una aventura que se apoya en lo modesto de su trasfondo, dejando más bien, un agradable regustillo a sencillez humanista que la aleja de toda pretensión.

Y una vez aclarado mucho del contexto que la rodeó, invito al joven espectador que osó criticarla, a que le eche un segundo vistazo...
El Destro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow