Alejandro Agresti se aleja de sus obras argentinas en su primera insursión en el mercado hollywoodiense, sin dejarse llevar demasiado por el modelo de películas que allí se realizan. "La Casa del Lago" mantiene un toque personal de Agresti, es una película intimista, de sentimientos y escenas pausadas. Bella, para disfrutar en un momento tranquilo, con unas actuaciones sosegadas y cargadas de matices.

Los archipopulares Sandra Bullock y Keanu Reeves jamás pudieron estar más alejados de sus papeles en Speed, cuesta reconocer que ambas cintas tienen la misma pareja protagonista. Estas caras tan taquilleras se despojan de toda su parafernalia sorprendiendo a los espectadores que esperen encontrar un producto hecho a su medida.

Bullock está sobresaliente, sabe transformarse en una mujer madura, frustrada por sus desengaños amorosos, apasionada por su trabajo y, sobre todo, rematadamente sola. Con un solo plano de sus ojos podemos entender su triste mundo. Es admirable como esta actriz puede estar sumamente graciosa en sus papeles más populares, y transmitir tanto cuando se trata de sentimientos. Sin duda maneja comedia y drama como pocas.

Reeves también realiza una de sus mejores interpretaciones, por lo menos se le da la oportunidad de lucirse un poquito, porque en la saga Matrix tenía la misma personalidad que un código de barras.

Ambos personajes se mueve en una película de desarrollo lento, en la que sobran algunas conversaciones con sus progénitores y faltan unos minutillos al final, ya que los títulos de crédito irrumpen en lo mejor de la cinta. La recta final pone los pelos de punta.

Lo mejor: Que gusta sin saber muy bien por qué.
Lo peor: Agresti pudo dar a Hollywood más de si.