Las terceras partes suelen ser muy difíciles de abordar. Y más sobre todo cuando una entrega anterior es tan magnífica y tan colosal como lo es TDK. Además esta película siempre fue esperada con más ganas aún que aquella del 2008. Por lo que las expectativas y las emociones estaban aseguradas. Cada uno tendría su propia visión de la cinta y el cómo le hubiese gustado que acabara. Yo ya me esperaba, yo ya sabía, que esta tercera entrega sería probablemente la más susceptible de recibir críticas o de ser la peor de las tres a no ser que Nolan volviese a obrar el milagro y entregar una obra maestra tras otra (como sucedió con Inception). Aún así, esta tercera parte me sorprendió positivamente al demostrar lograr encontrar un puerto en mitad de una tormenta (guión) repleta de agujerillos en la trama y una tenue sensación de dejadez a la hora de imprimir un montaje repleto de tensión y adrenalina. Y es que la película logra ser entretenida y magnética, enganchándome desde el primer segundo y manejando muy bien nuestras expectativas con cada escena y cada giro de guión que se sucedía. Hay cosas discutibles que la apartan de ser una obra maestra y también la impiden ser una de las mejores terceras partes del cine. El guión pretende cargar y cargar, explotar y volver a explosionar otra vez, meter varias cosas a la vez y luego atarlas todas. Y eso se nota bastante con varias resoluciones fantásticas mezcladas con otras decepcionantes y hasta increíbles. Reconozco que se me hizo larga y que jugó con mi interés en momentos puntuales, pero la tercera entrega siempre logra hacerte clavar los ojos en la pantalla (sobre todo en su segunda mitad) y construir un clímax satisfactorio para la franquicia, acabando en unos últimos instantes para enmarcar de lo buenos que son. Sólo por haber llegado a ese final y por nunca aburrir y lograr condensar emociones, Nolan se merece un notable. La decepción es ligera en mi caso, con polos perdonables. Y es que a ver quién se atrevía con semejante desafío. A ver quién se atreve a decir que realmente no sintió nada mientras veía la película, que no deseaba que Bruce Wayne saliese de ese pozo y luchase contra Bane o a ver quién dice que aparto la mirada ante los discursos de Bane o ante esos instantes finales en donde todo acaba y se ve lo que pasará a la historia. Nadie podría rendirse ante eso. Al igual que sus varios defectos, esta película cuenta con grandes virtudes que hacen que la balanza compense a su favor.

7,5/10 (redondeo a 8 por el cariño y el mérito: un 8 "especial").