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Voto de PADRE FLANAGAN:
7
Cine negro Desde muy chico, ya Tom Powers anda cometiendo fechorías en compañía de su leal amigo Matt Doyle. Y cuando se hacen hombres, la llegada de La Ley Seca, será su gran oportunidad para hacerse un nombre en el bajo mundo del gansterismo. Para Tom (James Cagney), machista y explosivo, la imagen de su hermano Mike, un militar recto y socialmente comprometido, lo pondrá en confrontación con su madre, el único ser en la vida al que ha amado. (FILMAFFINITY)  [+]
30 de abril de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1930, fue Edgard G. Robinson con HAMPA DORADA; en 1932, Paul Muni con SCARFACE; y, en 1931, en medio de ambos, James Cagney con EL ENEMIGO PÚBLICO. En las tres películas se contaba esencialmente, con diversas variantes, la misma historia: la de el ascenso a lo más alto y la caída, en medio de sucesivos baños de sangre, de un gangster brutal y despiadado. Las tres pretendían ser crónicas sociales de la dramática realidad que en aquel momento vivían los Estados Unidos, es decir el apogeo de la Ley Seca y el gangsterismo, y las tres hacían, en su introducción, un llamamiento a la sociedad para que pusiera fin a esa lacra (cosa que, obviamente y por desgracia, nunca se logró del todo, y sigue sin lograrse, ochenta años después, ni allí ni en ninguna parte).

Las tres películas eran tremendamente violentas para la época, y de hecho supusieron el nacimiento del género del cine de gangsters y un antecedente de lo que luego se pasaría a llamar cine negro, y a sus tres protagonistas les valió el fulgurante salto al estrellato. Con motivo porque cada uno de ellos supo componer un personaje inolvidable, que rivalizaba con los otros en carisma y brutalidad, y que ascendieron a la categoría de mitos del cine. Pero mientras que Muni se cansó pronto de hacer de gangster y rentabilizó su éxito comenzando una provechosa carrera de personajes variopintos y memorables, Robinson y Cagney, a los que muy pronto se uniría Humphrey Bogart, realizarían en los años y décadas siguientes un buen número de variantes corregidas y aumentadas de los soberbios antihéroes por ellos creados, convirtiéndose de hecho en los gangsters más célebres de la Historia del cine, sin que por ello debamos olvidar la larga galería de sus otros personajes, muchos de ellos más recomendables pero no por ello menos vigorosos que los fuera de la ley que les dieron la fama.

James Cagney, que comenzó su carrera como bailarín y cantante, creó en efecto y paradójicamente un fuera de la ley inolvidable: de baja estatura, pero robusto, socarrón y rebosante de energía y de mala uva; su carrera criminal comenzó con el joven Tom Powers de esta pelicula y acabó apoteósicamente, veinte años después, con el inolvidable Cody Jarret de AL ROJO VIVO, el más glorioso psicópata criminal del viejo 7º Arte.

La película, al contrario que las otras, refleja muy bien lo que fue la Ley Seca y el negocio clandestino del alcohol (que luego volvería a narrarse, ya con perspectiva histórica y no como crónica de la actualidad, en la maravillosa LOS VIOLENTOS AÑOS VEINTE, de nuevo con un memorable Cagney rebosando la pantalla), está muy bien ambientada, cuenta con muy buen ritmo y tiene muchas escenas inolvidables.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PADRE FLANAGAN
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