Un tartamudo aprende a hablar y eso es todo. El mundo de la realeza británica es oscuro, sin brillo, aburrido, un laberinto de pasillos y trajes de corbata y cuartos sin luz.

Al final consigue a hablar y empieza la II Guerra Mundial porque un tío muy malo que se llama Hitler invade Polonia y blablablabla.

Lo que la gloriosa corona inglesa hizo o dejó de hacer antes de 1939 -volver la espalda a la Guerra Civil Española, a la invasión de los Sudetes Checoslovacos, y tal, y cual- eso no importa nada en este film que algunos llaman "histórico" juas, porque el rey era un putero y su hermano un tartaja y bastante tenía con hablar bien como para meterse en diplomacia.

Si funciona es porque Flirth y Rush son dos grandísimos actores.