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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
9
Serie de TV. Thriller. Drama. Comedia Serie de TV (1999-2007). 6 temporadas. 86 episodios. Crónica de la vida cotidiana y de las aventuras personales y profesionales de una familia mafiosa que vive en Nueva Jersey. Son gentes sencillas, pero implacables en sus ritos y tradiciones. La trama se basa en las confidencias del "capo" Tony Soprano (James Gandolfini) a su psicoanalista, la doctora Melfi (Lorraine Bracco). (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un reproche que de manera recurrente se le ha venido haciendo a la trilogía de «El padrino» («The Godfather», 1972, 1974 y 1990, respectivamente), si bien de corte más moral que cinematográfico, es que investía a la figura del gánster de un glamour poco edificante. Pues bien, todo lo contrario sucede en el caso de «Los Soprano», maravillosa serie que lleva a cabo un socavamiento de cualquier atractivo que pudiera uno estar tentado de adscribir a semejante patulea de malhechores, cuya mezquindad sólo rivaliza con una horterez que hubiera horrorizado a todos y cada uno de los Corleone, Fredo incluido.
En efecto, «Los Soprano» surgió como una especie de «El padrino» del siglo XXI, donde reflejar, con cáustico sentido del humor y en un microcosmos tan particular como el de la mafia italoamericana, los profundos cambios socioeconómicos acaecidos desde que en los años 80 tocara a su fin la era dorada del crimen organizado, y muy especialmente la redefinición —en rigor, derribo y eventual reconstrucción, en ésta última andamos— del rol del varón. En dicho contexto, el capo que visita a una psiquiatra para tratarse los ataques de ansiedad constituía un hallazgo verdaderamente inapreciable, más si cabe en la piel de James Gandolfini, hasta entonces un oscuro secundario que, no obstante, logró insuflar a su personaje una paradójica —y por ende humanísima— frágil brutalidad.
Habida cuenta del potencial casi infinito que encerraban protagonistas y secundarios —no hay un sólo miembro de la bizarra banda de Tony Soprano que no hubiera merecido un «spin-off»; qué florilegio de tiparracos, cuesta creer que no provengan directamente de los bajos fondos de Nueva Jersey—, así como los sucesivos hilos argumentales, trenzados en torno a los vaivenes familiares, sentimentales y criminales del tótem con pies de barro compuesto por Gandolfini, «Los Soprano» tardó muy poco en adquirir vuelo propio, y muy alto, más allá de su original aspiración a erigirse en espejo deformante de uno de los máximos iconos cinematográficos modernos.
Igual que «El padrino», «Los Soprano» agota todos los calificativos, quedándole pequeño hasta el omnicomprensivo —y un tanto acomodado, eso también— de monumental fresco televisivo. No extraña que quince años después de su punto final, «Los Soprano» siga encabezando —eso sí, «ex aequo» con «The Wire» (ídem, 2002-2008) y, a mi juicio, también con «Mad Men» (ídem, 2007-2015)—, los rankings de las mejores series de todos los tiempos. En definitiva, una obra maestra a prueba de zombis, dragones y preadolescentes repipis.
Carorpar
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