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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Comedia Biopic del dibujante de cómics español Manuel Vázquez (Madrid, 1930-Barcelona, 1995), creador de famosos tebeos como "La familia Cebolleta" o "Anacleto, agente secreto". Barcelona, años 60. Es primavera y Vázquez respira la vida a pleno pulmón. Sus personajes -las Hermanas Gilda, Anacleto, la Familia Cebolleta...- triunfan en los tebeos de la Editorial Bruguera. Mientras, el mejor dibujante de tebeos de España disfruta de lo que quiere ... [+]
7 de agosto de 2021
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Estupendo "biopic", más todavía en una cinematografía como la nuestra, inclinada por lo general a otros subgéneros, tendencia cuyas bondades me abstendré de juzgar.
Con una estética muy deudora de aquellas viñetas de Bruguera —responsables de buena parte de la educación sentimental de varias generaciones de españoles, la última de las cuales posiblemente fuera la mía—, “El gran Vázquez” ofrece un retrato en absoluto complaciente, pero no por ello exento de una gran ternura, del vividor impenitente y artífice genial de personajes de la fama de las hermanas Gilda, el abuelo Cebolleta y, sobre todo, Anacleto (agente secreto).
Precisamente esa imaginería tan característica y la irrealidad cromática, como de coloreado a mecanotipia, pueden desanimar a algún espectador, especialmente al principio de la película, cuando cabe la posibilidad de pensar que nos espera cualquier tontería “alla maniera di” Javier Fesser. No obstante, una vez cogido el aire a la peculiar caligrafía de Óscar Aibar —quien no en vano coincidiera con Vázquez en la revista Makoki—, su aproximación al insólito dibujante resulta sumamente satisfactoria. En cuanto a las animaciones que pespuntean la historia, me han parecido sencillamente deliciosas.
A las buenas sensaciones que induce “El gran Vázquez” contribuye sobremanera el trabajo, contenido y sincero a un tiempo, de un Santiago Segura que asimismo evidencia un gran cariño por el personaje. La nómina de secundarios que le acompaña raya también a gran altura, con unos Álex Angulo y Enrique Villén ciertamente reseñables.
Una sorpresa, en fin, muy agradable; lo cual —insisto— se antoja especialmente llamativo en una industria audiovisual donde, lamentablemente, la zafiedad y el revanchismo son la norma.
Carorpar
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