´Cada día son más las colectividades que confian su seguridad a empresas privadas o incluso crean mecanismos propios para la autodefensa y la persecución de la delincuencia. Este que hasta hace poco era solo un fenómeno que se daba en los ambientes de la clase más pudiente, se está convirtiendo en algo cada vez más frecuente, ante la creciente desconfianza en la policía y en general en las Instituciones de todo tipo. Por varias razones, a veces espurias, que van desde la ineficacia, con frecuencia alimentada por intereses poco justificados, hasta la corrupción que invade en ciertos paises a los Servicios de Seguridad ¨Públicos. En estos ambientes es facil caer en la tentación del "ojo por ojo", sin que las autoridades puedan poner coto a una actividad que solo debería corresponder a los poderes públicos.
De eso nos habla la película de Rodrigo Plá con un lenguaje claro y convincente que no debería dejarnos indiferentes y sí por el contrario, debería llevarnos a una reflexión sobre el papel que debe jugar la Seguridad de los Estados. Una sola frase resume muy bien las preguntas que se hace el Director sobre estas cuestiones. Uno de los habitantes de "la zona" muestra a un policía un documento por el que se autoriza a los vecinos a tener su propia seguridad privada. El policía solo le responde: Sí, pero en ningún sitio dice que están autorizados a matar.