Adam Lang (Pierce Brosnan) el ex primer ministro británico (sospechosamente parecido a Tony Blair) contrata a un escritor (Ewan McGregor), como negro para terminar de escribir sus memorias. Parece un trabajo fácil, pero le cuentan que su antecesor en el cargo murió ahogado en un accidente. Esto además coincide con una denuncia puesta contra Adam por permitir el secuestro y tortura de unos terroristas. El escritor empezará a descubrir un pasado bastante turbio de Adam que pondrá su vida en peligro.
Román Polanski demuestra una vez más que ante la cámara es de los mejores, incluso en situaciones como las suyas. Crea un thriller político que husmea por los entresijos de la política, y nos muestra un mundo turbio y misterioso.

El escritor nos recuerda a algunas de sus mejores películas. Nos sumerge en un ambiente claustrofóbico y asfixiante, que nos va poco a poco comiendo y engullendo. Utiliza durante todo el metraje colores fríos (grises) que nos auguran algo turbio, el mal.

Una mezcla de intriga, erotismo y política. Un excelente guión, acompañado por un reparto muy aceptable encabezado por el gran Ewan McGregor que vuelve a sorprender como siempre con un trabajo formidable, como en sus mejores trabajos. Polanski pese a todo el revuelo entorno a su detención consiguió el Oso como mejor Director para en el pasado festival de Berlín, demostrando nuevamente el gran genio que es.

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