Sicko como todo documental de Michel Moore hay que verlo con cuidado. Su palabra no es la ley, todo lo que dice no es verdad y tiene un estilo muy particular para manipular al espectador con los datos que tiene en su poder.

Por eso este documental es interesante, porque te ofrece una serie de datos reales (que dan escalofrío) y porque te obliga a dar gracias a nuestro sistema sanitario (cosa que jamás se te hubiese ocurrido pensar) pero los medios que utiliza para ello, son en algunos casos, bastante reprobables.

El principal problema de todas las obras de Moore es que no son objetivas, siempre quieren marcar pautas de conducta, quieren que te des cuenta que su idea es la buena, y eso para mi es un error. Nunca la opinión del autor debe aparecer de una manera tan marcada.

Pero a pesar de todos los errores de planteamiento, Sicko es revelador, y te hace pensar que un sistema en el que te obligan a elegir cual de los dedos recién seccionados quieres que te reimplanten porque no tienes dinero para todos, da miedo, da mucho miedo.

¿Cómo es posible que una familia por tener un miembro con cáncer deba elegir si pagar un tratamiento o vender su casa y verse en la calle? A veces la civilización que hemos creado y de la que tan orgullosa nos sentimos, asusta.