A la hora de opinar, soy bastante crítico con las películas que veo, pero eso no me impide disfrutar ocasionalmente de productos como este, de dudosa calidad pero que ofrecen acción a raudales y saben reirse de sí mismos.

La película desborda acción delirante, disparos, desmembramientos y momentos de humor, justo lo que uno espera de una cinta de Robert Rodriguez. Sin embargo, la historia carece de sentido por momentos, y ocasionalmente pierde ritmo. La mayoría de los actores cumplen bien con su papel, pero Seagal y Lohan están metidos con calzador.

Una peculiaridad de esta cinta es la constante crítica a la política de inmigración imperante en EEUU, un trasfondo político poco habitual en películas de acción de este tipo. Quizás sea un gesto loable, pero resulta un lastre para la acción.

A este paso, supongo que el director cumplirá su "amenaza" y rodará las secuelas. Seguro que volverá a ofrecer acción desbordante, ciertas dosis de humor y abundantes cameos.