Buena ambientación, interpretaciones decentes... un producto con poco riesgo y resultados pasables. Parte de la fuerza de esta película creo que se diluye por culpa de sus protagonistas, ya que los papeles más creíbles corren a cargo de la niña y del representante del mago.

La animación y la cierta intriga de un filme de magia se evaporan cuando gana protagonismo la historia de amor, que tampoco desborda pasión, precisamente. El final, relativamente sorprendente. No sé si vale la pena ir al cine a verla.