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España España · Madrid
Voto de AnaCleta:
3
Drama. Romance Asia, una chica de 18 años, está en el hospital en estado de coma. Su madre y su novio, Nathaniel, la cuidan. Poco a poco iremos viendo los acontecimientos que llevaron a Asia hasta el hospital, sus relaciones con su madre, sus amigas y su novio, y, sobre todo, con Eloïse, una enigmática chica que la introducirá en un mundo de nuevas sensaciones. Con ella, Asia revivirá un doloroso episodio de su pasado, que su madre no está dispuesta a ... [+]
15 de noviembre de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya varios años que vi esta película y quedé bastante decepcionada, horrorizada si cabe de encontrar una película con potencial realizada, perdón, "realizada" de la manera que Jesús Garay se atrevió a hacer seis años atrás. Sea como fuere y, por alguna razón, (Razón que en su mayoría viene a llamarse Ariadna Cabrol) no me olvidé de ella. Unos años después, esto es, la semana pasada, fui a los cines Renoir de Princesa en Madrid a ver una película (Victoria de Sebastian Schipper concretamente, pongámosle a esta historia el contexto y dramatismo que Garay no supo crear). Como llegué tarde y la película estaba empezada, ni siquiera podía ver los números de los asientos así que me puse donde me dio la gana. Como el destino a veces es así de simpático, media hora después, justo en la butaca de al lado, una risa proveniente de una cabellera rubia llenaba mis oídos y mi memoria comenzó a revolverse. ¡Hostias, pero si es Diana Gómez, si coño, la de la peli esa catalana de lesbianas que no ha visto ni Dios!
Así que pensé: "Vale, al acabar me giro, nos presentamos, y le digo con mi delicadeza extrema la mierda que me pareció Eloïse"
Pero no adelantemos los acontecimientos de esta bella e intrascentente historia (no menos que la de Garay).
Lo que más me cabrea de esta película no es tanto su inverosimilitud, tampoco las olvidables actuaciones de los secundarios (salvando a la madre de Asia que, después de Ariadna Cabrol es de lo mejorcito), sino que el director se crea un autor sobrenatural y superior al espectador al que se dirige, introduciendo en su "obra" filosofía barata cubierta de porcelana o un Demian de Hermann Hesse, intentando elevarla al nivel de cine de autor incomprendido de la época contemporánea. Porque cuando consideras tu inteligencia y talento superior a la de aquellos que te dan de comer, corres el riesgo de que en realidad como mucho seas igual que ellos y vean tus trucos. Que te pillen, vaya. Y yo, Garay, pues te he pillado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AnaCleta
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