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España España · Barcelona
Voto de Maximillian:
9
Serie de TV. Acción. Drama Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Mientras busca a la mujer que Afrodita le prometió, el pastor Paris descubre su verdadera identidad y se enamora de Helena de Esparta. La guerra de Troya está servida. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2020
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado más de 34 siglos y la historia de los amores ilícitos de Helena y Paris, del coraje de Aquiles, de la nobleza de Héctor, del ingenio de Odiseo, del trágico destino de Casandra y Andrómaca, de la dignidad de los reyes Príamo y Hécuba, del odio de Menelao, de la ambición de Agamenón, así como del aciago destino de la ciudad maldita de Troya y de la leyenda de la belleza de una mujer que hizo que una flota de 1000 navíos cruzase el mar para rescatarla, sigue siendo contada desde distintos ángulos, pero manteniendo la capacidad de fascinar a cada generación.

El mito ha sido abordado por el cine y la televisón en diversas épocas, reproduciendo con mayor o menor fortuna, los hechos narrados por Homero en la "Ilíada", sobre el último año de la guerra, y en la "Odisea", centrado en el regreso del héroe Ulises u Odiseo a su hogar en Ítaca.

Los hitos más representativos son:

- "Ulises" (Mario Camerini, 1954) es la primera aproximación del cine sonoro al mito de Homero en una destacada coproducción italo-franco-estadounidense, producida por Dino de Laurentis con Kirk Douglas en el papel principal.

- "Helena de Troya" (Robert Wise,1956), es la espectacular apuesta de la Warner por el cine épico y monumental de los años 50 que, con una gran superproducción en CinemaScope, pretendía competir con la naciente televisión.

- También el peplum italiano de los 60, con la inevitable presencia del musculoso Steve Reeves, abordó el mito en los siguientes films que prácticamente forman un ciclo: "La guerra de Troya" (Giorgio Ferroni, 1961), "La leyenda de Eneas" (Giorgio Venturini, 1962), y "La ira de Aquiles" (Mario Girolami, 1962),

- La televisión abordó el mito desde una óptica naturalista, en el formato de las típicas mini-series históricas de los 70 con " Las aventuras de Ulises" (Francesco Rosi, 1968)

- También en los 70 se difundió el teatro griego clásico filmado que adaptaba tragedias de Sófocles y Eurípides. De este período destacamos "Las troyanas" (Mihalis Kakogiannis, 1971), con una inconmensurable Katharine Hepburn en el papel de Hécuba, e Iphigenia (Mihalis Kakogiannis, 1977).

- El cambio de milenio nos proporcionó dos destacables mini-series de televisión que abordaban el ciclo homérico completo en toda su amplitud y sin renunciar a la intervención de los dioses en sus argumentos. Nos referimos a ""La Odisea" (Andrei Konchalovsky, 1997) para Hallmark, y "Helena de Troya" (John Kent Harrison, 2003) para las cadenas de televisión por cable.

- "Troya" (Wolfgang Petersen, 2004) fue un gran espectáculo, a la sombra del éxito de "Gladiator" (Ridley Scott, 2000), que supo alternar la épica de las grandes batallas con emocionantes escenas intimistas en las que el multiespectacular reparto supo plegarse a las necesidades expresivas de la propia narración en un destacable producto final al nivel de las grandes películas épico-históricas de Hollywood.

El relato en esta nueva mini-serie de BBC One y Netflix, se aborda desde la óptica de la fidelidad al original literario, de forma que presenciamos la participación de dioses y diosas interviniendo a favor de sus favoritos en este conficto inmortal.

La serie ha sido muy criticada por su reparto multiracial y es cierto que resulta chocante que, en aras de una pretendida multiculturalidad, se rompa la verosimilitud histórica para representar a todas las razas en un contexto helénico con un resultado claramente incoherente. Resulta muy chocante contemplar a Aquiles, Eneas y al mismísimo Zeus, encarnados por actores de raza negra.

Superando este prejuicio, sintomático de nuestro tiempo y de la ciega servidumbre a lo políticamente correcto, hay que reconocer que David Gyasi compone un Aquiles muy convincente, que no duda en mostrar su lado más humano y honorable, sin perjuicio de que también sepa mostrarse arrebatado por la ira en dos momentos cruciales: cuando Briseida le es arrabatada y cuando le comunican la muerte de su amigo Patroclo.

El resto del reparto se adapta adecuadamente a sus personajes, destacando la interpretación de Tom Weston-Jones, que brilla en el papel del noble Héctor, de Joseph Mawle, como el ingenioso Odiseo y de Johnny Harris, que crea convincentemente, un cruel y torturado Agamenón.

La pareja protagonista, siendo correctas sus interpretaciones, no brilla al mismo nivel, ni Louis Hunter consigue dotar a Paris de los suficientes matices que requiere su difícil personaje, ni Bella Dayne, transmite el magnetismo que se le supone a una de las mujeres más fascinantes de la historia.

La fotografía destaca muy favorablemente sobre unos bellísimos paisajes sudafricanos.

En definitiva, la serie aporta verosimilitud y respeto al original literario y los inmortales personajes están suficientemente bien dibujados para que sigan disfrutando de la gloria eterna con el homenaje del recuerdo de una nueva generación.
Maximillian
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