No importa la naturaleza de la trama, lo intrincado de la historia a desentrañar o la complejidad del problema porque el sagaz Colombo agudiza su perspicacia y encuentra el resquicio por el que alumbrar las claves para su solución.
El mérito del guionista -H. Berk- consiste en arbitrar la red de elementos para que la acción resulte creíble, para que la película parezca convincente y para que el espectador no pierda el interés en ningún momento.
La intervención de P. Falk contribuye en alto grado a la consecución de los objetivos del film porque asume su papel con excelente capacidad y magníficas dotes de persuasión.

El juego del gato y el ratón casi nunca ofrece dudas acerca de su desenlace.
La verdadera esencia del ejercicio, frente a la pantalla, radica en las estrategias de su desarrollo y ejecución.