13 de diciembre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una singular puesta en escena y una magistral dirección dotan a la película de Blake Edwards de un valor añadido al de la oportunidad del argumento por su repercusión social.
O viceversa.
Se trata de una película cruda porque refleja la vida real.
El tempo narrativo, el análisis psicológico de la evolución de los personajes y las variaciones de su conducta son llevadas a la pantalla con sutileza, con naturalidad, convenciendo al espectador de que los hechos suceden como se nos cuenta.
Y una trama amorosa muy bien urdida planea continuamente sobre el argumento básico.
Ora lo dulcifica ora lo endurece.
Añadir la irreprochable interpretación de los protagonistas.
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