Las gotas de sudor frío que perlan la frente cuando no se comprende lo que sucede alrededor y la sospecha que hace temblar de miedo ante lo desconocido conforman una trama diabólica que confunde el pensamiento, exacerba las emociones y siembra el camino con espoletas de efecto retardado.
La mente humana es una caja de sorpresas.

La película que presenta J. Frankenheimer corta el aliento porque se basa en un argumento fascinante -relato de R. Condon-, se encarna en un guión admirable -G. Axelrod- y la labor de dirección encuentra los resortes mediante los cuales una narración se convierte en obra de arte.

Los fantasmas de la guerra poseen vida propia y son capaces de atravesar las paredes en tiempo de paz.