Un clásico del cine de acción que ha pasado a formar parte de la historia del 7º Arte dentro de este género y que posteriormente con el éxito obtenido en todo el mundo, lanzaría al estrellato de la fama a Bruce Willis en ese preciso momento, en el cual estaba aún portagonizado la serie de televisión "LUZ DE LUNA" (1985-89) junto a Sybill Shepherd.

La historia basada en una novela de Roderick Thorp "NOTHING LASTS FOREVER" y adaptada al cine por Jeb Stuart y Steven E. de Souza con un guión muy bien construido y sin fisuras argumentales, describe las andanzas de un policía de Nueva York llamado John McClane, que viaja hasta Los Angeles a pasar las Navidades con su familia y que se ve obligado a enfrentarse a una situación crítica en la cual, se verá obligado incluso si es preciso, a cumplir con su deber y a sacrificarse si es necesario, para poder salvar a su mujer de una banda de ladrones profesionales que la han secuestrado junto con otros rehenes dentro de un edificio donde está ubicada una importante empresa japonesa lamada Nakatomi, de la cual el jefe de la peligrosa banda Hans Gruber (Alan Rickman) no duda incluso en matar a sangre fría cuando no logra sus propositos, o estos son un serio obstáculo para sus maquiavélicos planes.

Si lugar dudas lo mejor del film no sólo está en las espectáculares escenas de acción brillantemente resueltas por los especialistas, incluso el propio Willis se negó a ser doblado por un especialista en dichas secuencias, dotando a la película de un realismo jamás visto en otros films de la saga.

También cabe destacar lo bien perfilado y descrito que está el personaje de Hans Gruber sin duda lo mejor que contiene el film, uno de los villanos que sin lugar a dudas me ha fascinado por su psicología y refinada personalidad culta, pero que en el fondo como bien dice Holly "Gennaro" McClane no deja de ser un vulgar ladrón, por no llamarlo asesino que también lo es, que incluso el mismo se permite ser un crítico feroz de la idiosincrasia de los americanos, al que los califica de niños de una cultura en declive, incluso a los del FBI, que en el fondo son tan cenutrios que se creen que el hecho de rescatar rehenes de un edificio a manos de una peligrosa banda armada, es como ir a una guerra de la que están seguros de que la van a ganar a pesar de las bajas que puedan causar, así son ellos de brutos y descerebrados.

En conclusión es una película que entretiene y que me fascinó en su momento cuando yo va ví en el cine en 1988 y que daría lugar a otras tres secuelas más.