'Cómo entrenar a tu dragón 2' contó con un guión muy pero que muy valiente que avanzó clarísimamente de menos a más hasta desencadenar en un logradísimo giro. Un tremendo suceso que no había visto en un film animado para todos los públicos desde hace mucho tiempo… ¡me quedé KO! Esa es la mejor expresión que se me ocurre para analizar el golpe tan directo que me dio el film.

Dejando al margen aspectos tan conseguidos como son: la logradísima animación de esta cinta, la espectacularidad de todas y cada una de las escenas aéreas con las que se recrea y nos recrea el film, la fabulosa espada de fuego de Hipo, y los increíbles dragones Alfa… pues aún con todo ese material tan destacado, uno no puede sino rendirse ante la valentía de la propuesta de ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’. Una valentía que, además del comentado giro del film, se muestra también al presentar a dos nuevos e interesantes personajes repletos de personalidad (gran diseño en ambos) y carisma que vienen a ser el polo opuesto el uno del otro. Dos personajes (Valka y Drago) que conciben un mismo tema de diferente manera: la confianza y el cariño, contra la dominación y el sometimiento. Y dos personajes sobre los que muy inteligentemente se apoya buena parte de la película para ofrecer algo nuevo, misterioso y terrible.

La película también siguió incidiendo en la bonita y divertida relación que mantienen Hipo y “Desdentaó”. A ambos los encontramos mucho más compenetrados que en el primer film y exhiben una gran práctica aérea que nos dejará atónitos, aunque la misma no esté exenta tampoco de algunos pequeños y simpáticos incidentes. También retornó el grupo de amigos de Hipo, con Astrid a la cabeza, que han sabido congeniar muy bien con sus respectivos dragones y se convierten en unos compañeros indispensables que aportan sus buenas dosis de humor (especialmente, la enamoradiza y flaca Brusca).

En definitiva: ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’ resultó una inteligente secuela capaz de entrar con todo merecimiento en “las grandes ligas animadas” y de destrozar por completo el dicho que reza: “segundas partes nunca fueron buenas”.

-Lo mejor: La animación en su conjunto que luce de fábula. Los nuevos personajes de Valka y Drago. Un gran, inteligente y sobre todo valiente guión.

-Lo peor: El comienzo con esa tontería de juego protagonizado por los vikingos montados en sus respectivos dragones. La relación entre Hipo y Astrid mostrada sólo con “retales”.

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