Mucho antes de que Guillermo del Toro llegara a ser popular dentro del círculo de terror y sci-fi, empezó su carrera como director con este pequeño film fantástico que le hizo despuntar dentro de la industria cinematográfica, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo. Este curiosísimo giro del mito vampírico, llevó a Del Toro a sobresalir muy alto. Aquí nos entregó una historia de ambiciones, muerte y terror.

Del Toro consigue engancharnos al film gracias a su iconografía y su sentido de la atmósfera, de esta forma, son sensacionales las secuencias relacionadas con el lugar donde se encuentra Dieter de la Guardia, amén también al sensacional clímax al más puro estilo monster-movie de antaño.
La labor del reparto es muy notable: Federico Luppi está genial en su rol de Jesús Gris. También el habitual de del Toro, Ron Pearlman. Finalmente, destacar también a un Claudio Brook totalmente hipnotizante y a la pequeña Tamara Shanath en un papel completamente mudo, pero lleno de matices.

En definitiva: Guillermo del Toro demostró sus enormes cualidades visuales y de homenajes al cine fantástico, sobre todo con su giro del género vampírico. Puede que en muchos momentos se le noten “las costuras” y ese refinamiento que, años más tarde, si conseguiría en películas posteriores... a pesar de esto un film notable.

-Lo mejor: La labor interpretativa, sobre todo, Federico Luppi. Los efectos especiales y lo relacionado con el artefacto, puro Del Toro.

-Lo peor: Ciertos momentos dramáticos y/o cómicos no son tan satisfactorios. Algunos tempos narrativos que no terminan de pulir el resultado final.

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