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Voto de la Perricholi:
3
4,9
7.817
12 de junio de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película con cierta curiosidad debido a su argumento y su peculiar fotografía, de la que había oído hablar, esperando quizá un cruce entre "Gordos" y "Kiki". Sin embargo, aún varias horas después de su visionado, sigo sintiendo el mismo rechazo que me generó inicialmente.
Entre sus puntos débiles cabe mencionar precisamente esa fotografía de tonos pastel que acaba resultando artificial y cargante, además de carente de sentido (me viene ahora a la cabeza un capítulo de la tercera temporada de Black Mirror que hace uso de ese tipo de tonalidades y que resultan de lo más efectivo para el argumento). Asimismo, no todas las historias tienen el mismo interés y personalmente alguna hasta me parece prescindible (hubiera agradecido un mayor desarrollo de las historias del chico de la silla de ruedas y del triángulo amoroso). La sensación general es que parece que estamos ante varios cortos independientes que han sido recortados y alternados en un montaje de ritmo desigual, con escenas a cámara lenta de corte videoclipero, muy teatrales.
A su favor podemos mencionar su corta duración (y aun así se hace larguísima) y el desempeño de sus actores, pero poco más. Por desgracia, para reflexionar sobre el rechazo social hacia aquellas pieles que no se enmarcan dentro de lo que solemos denominar normalidad no es necesario rizar el rizo con cosas tan grotescas (y seamos sinceros, asquerosas) como una chica que tiene el ano en medio de la cara. Si esto es ser transgresor, está claro que yo no tengo el mismo concepto.
Entre sus puntos débiles cabe mencionar precisamente esa fotografía de tonos pastel que acaba resultando artificial y cargante, además de carente de sentido (me viene ahora a la cabeza un capítulo de la tercera temporada de Black Mirror que hace uso de ese tipo de tonalidades y que resultan de lo más efectivo para el argumento). Asimismo, no todas las historias tienen el mismo interés y personalmente alguna hasta me parece prescindible (hubiera agradecido un mayor desarrollo de las historias del chico de la silla de ruedas y del triángulo amoroso). La sensación general es que parece que estamos ante varios cortos independientes que han sido recortados y alternados en un montaje de ritmo desigual, con escenas a cámara lenta de corte videoclipero, muy teatrales.
A su favor podemos mencionar su corta duración (y aun así se hace larguísima) y el desempeño de sus actores, pero poco más. Por desgracia, para reflexionar sobre el rechazo social hacia aquellas pieles que no se enmarcan dentro de lo que solemos denominar normalidad no es necesario rizar el rizo con cosas tan grotescas (y seamos sinceros, asquerosas) como una chica que tiene el ano en medio de la cara. Si esto es ser transgresor, está claro que yo no tengo el mismo concepto.