Una de las consecuencias no deseadas de la llegada inminente de la Navidad es el desembarco en las pantallas de una invasión de películas, casi siempre made in USA, asombrosamente superficiales y con argumentos que parecen fotocopias unas de otras.

Tengamos la fiesta en paz, sin embargo, podría ser el primer milagro de la Navidad 2021; un film fresco, simpático, realista, imaginativo y con una carga de profundidad moderada que mueve a reflexionar al que quiere y permite disfrutar sin complicaciones al público en general.

Y eso a pesar de que la línea argumental básica no es ni original ni novedosa. La necesidad de la unidad familiar, que los hijos tienen bastante más clara que los padres, se convierte en manos de Juan Manuel Cotelo en un festival optimista no exento de cierta ironía inteligente.

Ha sido arriesgado elegir el género musical para este proyecto. Salpicar el desarrollo de la historia con canciones que cortan la acción puede exasperar al espectador. Sin embargo, gracias a la corta duración de los números y a la variedad de intérpretes y estilos musicales, el guion avanza con soltura y la audiencia se deja llevar con gusto de la mano de las animantes melodías de Luis Mas.

De todos modos, el mejor activo de esta cinta, a juicio de la que suscribe, es la apuesta por la normalidad y cercanía. En uno de los primeros rótulos, la película afirma: “basada en familias reales”. La sinceridad de esa premisa y la fidelidad a ella de sus realizadores, es lo que hace que Tengamos la fiesta en paz funcione. Todo en su visionado resulta verosímil y natural, combinando, como pasa en la vida real, lo cotidiano con lo novedoso: lo que hemos visto mil veces, actualizado por las circunstancias personales de cada uno. Y si a ello añadimos las sobresalientes actuaciones de los niños, que suele ser el punto débil de las producciones familiares, se termina por culminar un estupendo trabajo fílmico con el que todos pueden disfrutar en la sala de cine.

En definitiva, y centrándome en los que ya tenemos mucho cine a las espaldas y muchas navidades en el recuerdo, la propuesta de Cotelo nos ayuda a centrarnos en lo importante y pone voz a lo que los adultos más deseamos para estas fiestas, que no es otra cosa que tener la fiesta en paz.

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