The Chain es un largometraje que toca temas muy serios y debatidos en la actualidad de una manera quizá un poco trivial, como objeto para conseguir una atmósfera siniestra y crear un thriller.

El director logra coordinar una detallada historia con buenos actores y una correcta combinación de planos y silencios para generar inquietud en la audiencia. La trama, sin ser original del todo, ya que hay otras cintas sobre organizaciones parecidas a “la cadena”, no es completamente predecible y tiene algunos giros de guion interesantes. Además, el actor John Patrick realiza un excelente trabajo, acompañado también por Neus Asensi, el otro rol que sumerge al espectador en la ansiedad de los acontecimientos.

El problema de esta producción se encuentra en los contenidos: no frivoliza del todo la materia, como mero camino para provocar miedo o intriga; pero tampoco profundiza lo suficiente como para resolver interrogantes y deja abiertas incógnitas éticas. La película capta muy bien los sufrimientos que llevan a los personajes a la desesperación. Se proyecta la frustración por sueños incumplidos, el temor a una vida predestinada, la dureza de la enfermedad, y cómo todos estos aspectos confluyen en una misma persona hasta atormentarla. Asimismo, el protagonista es tan expresivo que el público empatiza inmediatamente con su situación y comprende e incluso comparte su decisión de poner fin a su vida.

A lo largo del relato, se plantean cuestiones como lo que puede llegar a afectar un suicidio a los seres queridos; si el suicidio asistido es asesinato; la legalidad y la moralidad de la eutanasia o la pérdida de la esperanza. Sin embargo, como el terror posee por completo a Mike, este no puede ahondar en sus dudas y las preguntas quedan sin respuesta. También hay escenas muy convenientes en las que se expone que esta asistencia para morir es una ayuda necesaria para acabar la vida con dignidad. Y hay que tener en cuenta que unas circunstancias tan extremas pueden estimular la comprensión e incluso la normalización de actos como la eutanasia.

The Chain es una propuesta que funciona muy bien como thriller psicológico, tiene una buena realización y mantiene a la sala en tensión. No obstante, hay que estar prevenido, ya que, aunque tal vez sin pretenderlo, abre debates éticos y puede desencadenar dudas gracias a las emociones que transmite.

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